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viernes, 25 de marzo de 2011

Empieza el rugir de los cañones

29 de septiembre de 1938. Hoy nos han tomado la afiliación y en seguida hemos salido a ver el pueblo, que me pareció muy bonito y grande y por él pasa el río Ebro.

Del 30 de septiembre al 1 de octubre de 1938. Se pasan con instrucción que más bien que instrucción es pasatiempo.

12 de octubre de 1938. A las 12 de la noche volvimos a coger el tren que poco después salía para Zaragoza abandonando Tudela, que aunque nos hemos ganado el afecto de todo el pueblo, por otro sitio nos ha sido muy malo ya que solo nos daban para comer un plato malo y escaso. A esto hay que descontar la abundancia del buen pan que nos daban. La dejamos a la 1 de la madrugada y en el trayecto pasamos una noche muy mala ya que estuvo el tren parado en una estación toda la noche ya que había un descarrilamiento.

La llegada a Zaragoza se hizo a la 1 de la tarde, donde nos dieron rancho frío, y seguimos el viaje pasando por un terreno tan brusco que asomando la cabeza no se veía el cielo. En este viaje empezamos a ver trincheras, alambradas, tanques inutilizados y pueblos totalmente destruidos y después de otra mala noche por el sueño, el frío y la incomodidad llegamos a las 7 de la mañana al pueblo de Bot, provincia de Tarragona, en el que había una compañía de ametralladoras que me llamó la atención al verles dormir en el suelo con una rociada tan tremenda como había caído durante la noche, pues en este pueblo empieza ya el rugir de los cañones, el movimiento de aviones y la intranquilidad de la vanguardia.
Por la tarde nos distribuyeron a batallones, tocándome a mi el primero de Zaragoza. Después de hecha la clasificación marchamos en camiones al pueblo de Batea, que llegamos a las 10 de la noche con un frío que no se resistía y esperando según nos dijeron a dormir al campo raso sin tener una triste manta con la que abrigarnos, empezando yo lo que a mí tanto me extrañó de aquella compañía de ametralladoras. Pero aún no fue esta noche, ya que nos dieron un capote y nos distribuyeron por las casas para dormir tocándome a mi la representación de ametralladoras.

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